martes, 12 de octubre de 2010

Termostato digital. Cronotermostato digital. Cómo instalar termostato digital. Regular temperatura de la casa


Termostato digital

Ya vimos en el post anterior cómo mantener un calefactor. Seguiremos con el tema de la climatización doméstica y hoy vamos a hablar de un interesante aparato: el termostato digital o cronotermostato.
Es un aparato que nos permitirá regular la temperatura de una habitación conectándolo a un aparato de aire acondicionado o un calefactor.
Según lo programemos, servirá para el frío o para el calor y también podremos programarlo para que en determinadas horas la temperatura sea más o menos elevada que a otras. Y por supuesto… muchos programas que podremos seleccionar para no tener que estar programando continuamente.
Y También tiene otras funciones adicionales, como la tecla “manual” que permite poner otra temperatura diferente a la programada de modo temporal, sin anular la programada; La función de espera, que nos permite que el aparato espere uno o dos minutos antes de conectarse tras el apagado y que permite que el aparato que regula no trabaje más de la cuenta…
Normalmente, se utiliza dejándolo fijo en la pared y conectándolo directamente a la red, para lo cual sólo hay que taladrar en el lugar deseado en los lugares que la plantilla que trae indica, meter los tacos y atornillar el aparato… Yo he hecho una variación:
Lo he conectado como si se tratase de un alargador con un interruptor, sólo que en vez de interruptor he conectado el termostato. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes:
La principal ventaja es que si queremos regular la temperatura de una habitación, tenemos el termostato totalmente transportable: solo tenemos que enchufarlo en otra habitación y listo.
También permite colocarlo cerca de donde estemos. Así el termómetro del termostato detectará la temperatura del lugar cercano a nosotros y no de la otra punta de la habitación, obteniendo más bienestar.
El principal inconveniente es que al estar montado de forma portátil, es susceptible de recibir algún golpe que pueda romperlo.
Me diréis que no le veis ventaja alguna a este aparato, ya que los calefactores suelen tener termostato incorporado y los aires acondicionados también…
Pero con este aparato lograremos un control de la temperatura más preciso, sobre todo para la calefacción, ya que los calefactores tienen el termostato muy cerca de la resistencia y más que medir la temperatura ambiente, miden la temperatura del aparato. 

Y, por supuesto, podremos poner cualquier tipo de estufa por sencilla que sea y aunque no tenga termostato, nuestro termostato se encargará de encenderla y apagarla cuando sea preciso.
Incluso en verano, podéis conectarlo de noche a un ventilador de modo que cuando refresque al avanzar la noche, se desconecte y se vuelva a encender si la temperatura sube de nuevo…
El costo de estos aparatos suele ser muy bajo… el mío me costó unos 6€ y como podréis ver tiene ya su uso…
Para instalarlo como alargador sólo tenéis que haceros con un alargador o bien fabricároslo vosotros mismos con un cable del grosor adecuado al uso que le vais a dar y conectando una clavija hembra en un extremo y otra macho en el otro. Tendremos que pelar una sección de la funda y cortar uno de los polos que será donde hagamos el empalme.
También podéis usar dos trozos de cable independientes conectando las clavijas en los extremos y en el otro se conecta el termostato. Yo he conectado el aparato de esta segunda forma.
Cortáis uno de los cables y lo conectáis a los dos bornes o conectores. Si usáis dos trozos de cable, el cable que no actúa en el corte de la electricidad lo ponéis unidos al tercer borne, o si no tuviera más que dos bornes, los unís entre sí.

Una aclaración: el termostato actúa como un interruptor y como tal, sólo corta un polo de la corriente, de ahí que sólo veamos tres conexiones: dos son para un cable del mismo polo, que se conecta o desconecta con el programador y el tercero es para conectar el otro polo de la corriente, caso que el cable esté cortado: se unen los dos trozos a este tercer borne, como os dije antes.
Yo, para mayor seguridad, he sujetado los cables al chasis del termostato mediante un alambre:
A través del compartimiento de la pila hay un orificio que serviría para fijarlo a la pared. Lo aprovecho para insertar por ahí el alambre y que los cables no queden colgando sólo de los bornes. Y así minimizo el riesgo de que se salgan de éstos.
Y ya sólo queda insertarle las pilas, ponerle la hora y el día y empezar a programarlo.
El mío tiene 10 programas de fábrica que no se pueden modificar, pero tiene otros tantos que podemos programarlos a nuestro antojo.
Puede parecer al principio un poco complicado, pero es facilísimo y se le coge el truco enseguida.
No os voy a describir cómo se programa éste, porque cada uno puede tener su propia forma de hacerlo y el mío no es precisamente muy moderno. Sólo basta que os leáis las instrucciones del vuestro y así no tendréis problema…
Ahora podremos tener la casa calentita en invierno cuando lleguemos a casa, tener la habitación caldeada cuando vayamos a levantarnos o simplemente, podemos usar una estufa o calefactor más económico, que no lleve termostato incorporado, sin riesgo de que se caliente más de la cuenta y salga ardiendo.
Y nos permitirá racionalizar el consumo eléctrico al poder regular la temperatura sin excesos y sólo en los momentos en los que la estemos usando. 
 
Más información: pasarlascanutas.

lunes, 11 de octubre de 2010

Accesorio para el montaje de la cadena. Montar cadena de bici. herramienta para montar cadena

ACCESORIO MONTAJE CADENA



Ya hemos visto en varias ocasiones que las herramientas que hacen posible o que facilitan un trabajo concreto, no siempre son caras, sofisticadas y difíciles de tener… Hoy veremos un típico caso de una “herramienta” (es tan simple, que no sé si denominar así a este accesorio) que nos facilitará considerablemente el montaje de la cadena de la bici.

Ya vimos, en efecto, que la cadena es un elemento sometido a continuo desgaste y que precisa mantenimiento. 

Es conveniente proceder periódicamente y sobre todo pasado cierto kilometraje a medirla con vistas a comprobar su desgaste y si es preciso sustituirla. Y ya puestos, también podemos darle una limpieza a fondo.



Cuando publiqué el post sobre la cadena y su sustitución, os hablé de una herramienta, una especie de gancho de alambre, que se encarga de mantener juntos los eslabones finales con vistas a que sólo tengamos que ocuparnos de meter el tronchacadenas con el pasador para volver a unirla.

Este accesorio es relativamente sencillo de hacer. De hecho, se podría hacer de muchas formas. 

Os voy a explicar el método que he usado yo por si queréis hacerlo asi.

Eso sí, tenéis que buscaros un alambre fuerte con vistas a que la misma tensión de la cadena no os lo abra. 

Tengo entendido que para este fin, se suelen usar los radios desechados de las ruedas de bici. 
Como yo no tenía a mano ningún radio…suelto, he usado el alambre.

Naturalmente, dependiendo del grosor, rigidez y longitud que le pongáis, se comportará de un modo totalmente diferente, así que os recomiendo hacer un par de pruebas y os quedéis con el que vaya mejor. 

Este aparato debería ceder ligeramente por el peso de la cadena, pero lo justo para que podamos hacer alguna corrección. El aro que dejamos en el centro ayuda a que sea más elástico, se deforme menos tras el uso y también sirve de asa.



En mi caso, tenía uno estupendo… pero como lo llevaba en la bici suelto en el maletín que siempre llevo sobre el transportín trasero, ha acabado por perderse y tengo que hacer otro. 

De ahí que aproveche para fabricarlo y explicaros el procedimiento.

Si escogéis un alambre blando, podréis darle la forma fácilmente a mano o con unos alicates… Pero posiblemente, también se deforme con la misma facilidad cuando lo pongáis en la cadena… Así que os explico cómo moldear un alambre rígido y fuerte.



Yo he empezado por enderezar el alambre con el tornillo de mesa. 
El procedimiento es exactamente igual que empleamos para enderezar el cobre de la antena biquad



Seguidamente, vamos a hacer la curva de los extremos:
Tomo un martillo y el tornillo de mesa, con las mordazas ligeramente entreabiertas y pongo la zona a doblar sobre las mordazas y voy golpeando con el lado más fino del martillo en el centro del hueco, suavemente, mientras voy moviendo el alambre para que salga la curva uniforme.



Medimos el alambre y marcamos el centro. Con el mismo procedimiento que usamos para los extremos, vamos golpeando con el alambre en vacío a la vez que vamos moviéndolo.

Una vez que el doblez está iniciado y vemos que está más o menos simétrico, podemos usar un tubo de hierro o cobre. En mi caso, tenía un eje de motocicleta y lo fijo al banco de trabajo.



Cogiendo el alambre por los extremos, termino de rodear con el eje hasta que tenga una forma que nos convenga.



Y, para terminar de darle la forma, volvemos a usar el tornillo de mesa y el martillo para dejar los brazos arqueados. 



Esta forma hará que aunque ceda un poco, los ganchos de los extremos no soltarán fácilmente los extremos de la cadena.



Damos un repaso final con una lima a las puntas del alambre, que si queremos llevar este accesorio en nuestra mochila, no es plan que nos rasgue un chubasquero o la misma mochila con alguna rebaba afilada.

Si veis que los ganchos son demasiado grandes y cuesta ponerlo y quitarlo de la cadena, bastará cortarlo con un cortapernos, una sierra de metal o una lima.


Para usarlo, bastaría como dije antes, insertar los ganchos del artilugio cerca de los extremos de la cadena, de modo que desaparece la tensión en los eslabones que tenemos que unir. Solo quedaría colocar el tronchacadenas y volver a meter el pasador para dejar la cadena cerrada y lista para el uso.


Un accesorio muy sencillo, pero que sin duda echaréis en falta cuando vayáis a desmontar la cadena de vuestra bici ¡Estad preparados y tened uno a mano antes de abrir la cadena!

Con los Eslabones locos o de cierre rápido, podemos realizar el proceso de abrir y cerrar la cadena sin necesidad de usar tronchacadenas… Pero esto ya es tema de otro post ¡No os lo perdáis!

sábado, 9 de octubre de 2010

Cómo limpiar pantalla de ordenador o TFT. Eliminar polvo y manchas de monitor


Cómo limpiar la pantalla del portátil o lcd
Es inevitable, por muy cuidadosos que seamos, que las pantallas de ordenador se ensucien. 

En el mejor de los casos, se cubrirán con una fina capa de polvo que impedirá que se vea bien.

Veamos primero lo que no hay que hacer:
Jamás debemos usar productos abrasivos o específicos para vidrio. Las pantallas no son de cristal y los productos ideales para el cristal posiblemente dejarían la pantalla para tirarla…
Tampoco debemos mojarla más que lo imprescindible, ya que las capas internas de las pantallas están construidas con un material poroso. 
Cualquier líquido por insignificante que sea que se pudiese colar por el borde, penetraría en la pantalla dejando una marca indeleble y permanente. 
Mucho cuidado con el exceso de líquido, aún siendo específico para pantallas y monitores.
Se arañan fácilmente, con lo que debemos evitar usar trapos, papeles, etc, factibles de arañar. 
Incluso si los usamos muy suaves, debemos evitar que estén totalmente secos. 
El mismo polvo que tiene la pantalla actúa ya de por si como abrasivo.
Tras estos tres consejos, veamos lo que sí podemos hacer:
Si la pantalla tiene sólo polvo, podemos usar un inflador de ruedas de bici para aplicar un chorro de aire que arranque una primera capa de polvo. 
Iremos dando el chorro de aire por toda la pantalla con cuidado de no tocarla. 

Pero no se os ocurra tratar de quitar el polvo soplando… Podemos echar vaho, que pegue más el polvo, y saliva, que terminará de ensuciar la pantalla.
Si el polvo lleva bastante tiempo acumulado, es normal que se quede algo adherido por la misma contaminación ambiental. 

Entonces podemos recurrir a un limpiador comercial… los venden incluso con su bayeta. 

También vienen muy bien las toallitas húmedas que se comercializan para la limpieza de lentes y gafas. 

Hay incluso quien asegura que las toallitas de limpiar los culitos de bebés vienen fenomenal, pero eso yo lo dejaría como último recurso.

Si no disponéis de nada específico o las toallitas limpiadoras de lentes… yo uso un trozo de papel higiénico suave, cortado con generosidad. 


Lo mojo en agua. Si es agua destilada, mucho mejor, pues la del grifo tiene cal y sales minerales que al secar dejarían huellas en la pantalla si no secamos adecuadamente. 

Pero también puede hacerse con agua del grifo tibia.
Lo primero es lavarnos bien las manos para evitar cualquier resto de grasa en los dedos o las manos. 
De lo contrario, puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Seguidamente, mojamos a fondo el papel higiénico bien doblado.
Lo escurrimos todo lo que podamos. 
Basta que una gota se escape para que nos fastidie la pantalla. 


Incluso podemos ponernos el trozo de papel entre las dos manos y estrujarlo a fondo. 


También podemos asegurarnos que no goteará recubriendo este trozo de papel con otro seco. Es lo que suelo hacer.


Lo pasamos a continuación por la pantalla, sujetándola con la otra mano por detrás si es preciso. 

No hay que apretar, simplemente, deslizar suavemente el papel humedecido de arriba hacia abajo. 


Tras una pasada, cogemos otro papel, lo doblamos igualmente y volvemos a repetir el movimiento. 


Bordearemos toda la pantalla para evitar que el polvo se quede acumulado justo en el borde. 


Asi con un par de pasadas, habremos eliminado todo el abrasivo polvo y podremos secar. 

Para ello cogeremos otro trozo, sin haberlo mojado previamente, para secar los posibles restos de humedad.
Haremos hincapié en los posibles restos de papel que hayan podido quedar adheridos a la pantalla.
El inconveniente de este proceso es que no deja una capa antiestática en la pantalla y el polvo empezará a acumularse de nuevo enseguida, pero bastará repetir al cierto tiempo.
Es importante que el papel higiénico sea muy suave. 

También podemos usar un trapo limpio de algodón que no suelte pelusa, tipo sábana. ¡Pero aseguraros que sea 100% algodón, pues la fibra arañaría la pantalla!
Tras el proceso, la pantalla (estaba como vemos en la segunda foto) ha quedado impecable (la primera foto del post) y nuevamente lista para el uso. 

Por cierto, si os parece que la pantalla no estaba sucia mirad el papel que habéis usado. 

Este sistema del papel y el agua destilada, llevo usándolo desde antes de la publicación inicial del artículo, hace ya más de año y medio y la pantalla presenta el impecable aspecto del primer día, ni un arañazo. 
 
Si tenéis cualquier duda, no dudéis en consultarme.
Así, que... ¡A limpiar los monitores y pantallas LCD!

viernes, 8 de octubre de 2010

Reparar freno roto. Ajustar freno de bici. Pieza de freno partida. Montar frenos.


Puesta a punto de una bici antigua 4ª parte:

Reparación de pieza de freno rota. Ajuste final de frenos.


Ya os indiqué cómo reglar las zapatas para que actuaran las dos a la vez, y correctamente posicionadas respecto a la llanta y que para un ajuste más fino había que actuar sobre el tornillo de regulación situado en un lado…

Pero sigamos con el ajuste: vemos que al actuar sobre el tornillo de regulación, no se nota ninguna diferencia. Teóricamente, la zapata debería acercarse o alejarse de la llanta, pero no es así.

Así que vamos a desmontar el brazo del freno que tiene el tornillo para ver qué le pasa:


Retiramos el tornillo allen que fija el brazo a la vaina y enseguida vemos el problema:
la pieza de plástico donde va alojado el tornillo regulador se ha rajado de lado a lado. Al estar la zona rota en la parte opuesta al lado visible, no lo apreciábamos. Estudiamos cómo está montada la pieza con vistas a su reparación.

Vemos que por la zona externa podemos poner tanto refuerzo como queramos, porque no va a estorbar. Pero por dentro sí que debemos evitar que sobresalga nada, ya que dentro irá el muelle.

Limpiamos la pieza con alcohol y aumentamos la separación de la zona rota abriéndola un poco con un palillo de dientes. Así podemos hasta raspar los bordes internos de la zona rota.


Añadimos un poco de pegamento específico para plásticos rígidos y lo mantenemos apretado con una goma elástica mientras el pegamento endurece. La goma nos viene mejor que una pinza, por ejemplo, porque da una presión uniforme.
De todos modos, vamos a reforzar la pieza para que no se vuelva a romper.



Para ello vamos a usar un pegamento muy fuerte y elástico, de dos componentes tipo epoxi y cubrimos la pieza por fuera.


Seguidamente, vamos enrollando hilo de nylon bien apretado, para que se quede en tensión y haga fuerza.
Finalmente, cubrimos con otra capa de pegamento e hilo de nylon.
Como no disponía en ese momento de hilo de nylon, he usado hilo normal. De todos modos, queda impregnado del pegamento y todo queda hecho una pieza. Vamos poniendo capas de pegamento y de hilo hasta lograr un refuerzo consistente.
En realidad con un par de capas o tres, habrá de sobra y el resultado será más estético que si ponemos mucha cantidad.

Una vez seca la pieza, difícilmente se va a romper por esta zona.
También podríamos haberlo hecho con fibra de vidrio y resina, aunque para una pieza tan pequeña no merece la pena comprar estos productos, ya que no dispongo de ellos.


A la hora del montaje, veo que por más que apriete o afloje el tornillo de regulación, la zapata opuesta sigue rozando. Asi que vamos a tener que montar el freno insertando el pivote del muelle en otro orificio.

Por cierto, para montar el freno, he optado por insertar en el brazo del freno la pieza reparada y el muelle (insertando el extremo de éste en el orificio de la pieza de plástico). Y ya con todo el conjunto montado, podemos colocar la pieza en su sitio metiendo el pivote del muelle en uno de los tres agujeros.
Ya vimos que tiene tres posiciones o agujeros y normalmente se coloca en la central. En este caso, hemos de colocarlo en la posición inferior, para que tire lo mínimo… Ya que tenemos que apartar la zapata opuesta de la llanta.


Pero si el caso vuestro fuera el contrario, quizá deberíamos aflojar el tonillo que sujeta el cable al brazo del freno para lograr que nos dé el juego suficiente para poder meter el pivote del muelle en el agujero.

Pero ya digo, en este caso, ha sido suficiente con ponerlo en el pivote inferior y ya ni precisa más ajustes, las dos zapatas quedan perfectamente alineadas y no rozan.
Y si no quedasen bien simétricas, siempre podríamos tocar un poco el tornillo de regulación. Ahora sí que actuaría al estar la pieza reparada.

Ya solo queda revisar y ajustar la transmisión: cadena, platos, piñones y desviadores. Lo veremos en otro post.

Ajustar frenos de bici Cantilever. Revisar frenos Cantilever. Reglar frenos Cantilever. Frenos de bici desajustados

Puesta a punto de una bici antigua 3ª parte:
AJUSTE DE FRENOS CANTILEVER
En post anteriores dimos un buen empujón a la puesta a punto de la vieja bici: cambiamos las cámaras y os enseñé a ajustar el buje. Y también cambiamos la llanta trasera… 
Pero aún quedan más cosas pendientes: hoy vamos a revisar y reglar los frenos.

Son frenos Cantilever.
Los examinamos, porque es importante ver que las zapatas no estén gastadas. 

De poco sirve que pasemos un buen rato reglando los frenos como voy a explicaros, para tener que sustituir a los pocos días las zapatas y tener que repetir todo el ajuste de nuevo.
Vemos que para que actúen, es preciso hacer bastante recorrido de las manetas de freno. 

Como a mí me gusta que los frenos actúen lo antes posible, vamos a regularlos.
En este caso vemos que las zapatas se pueden acercar o alejar de la llanta aflojando una tuerca.
También vemos que tiene en el lado contrario, el más visible, un hueco para llave allen.
Ésta sirve para hacer contrafuerza para aflojar y apretar la tuerca. 

Así evitamos que toda la fuerza se haga sobre la unión del freno a la vaina de la bici y que podamos ocasionar algún deterioro.
También podemos darle cierta orientación a la zapata mientras apretamos la tuerca. 

Tiene juego para que podamos poner la zapata más alta o más baja, darle inclinación al vástago que la sostiene, que éste sobresalga más o menos para aproximar o alejar la zapata de la llanta… basta aflojar la tuerca y volver a apretar con la posición correcta de la zapata respecto a la llanta.
Por supuesto, aflojando la tuerca podemos también extraer las zapatas con sus vástagos para sustituirlas por unas nuevas.
Es importante, antes de proceder con este ajuste, examinar el giro de la rueda. En este caso, la rueda puede estar un poco desalineada por dos motivos. 

Uno es que los radios estén ligeramente desajustados y la rueda pendulea ligeramente, de modo que en un punto se acerca mucho a la pastilla de un lado y en otro queda totalmente separada.
También vimos, si movemos la rueda lateralmente, que tenia cierta holgura. Esto se debe a que tenía el buje flojo.
Ya lo apretamos.
En cualquier caso, aunque se trate de una llanta nueva, siempre puede tener un ligero penduleo y por eso debemos examinar bien cómo se comporta la rueda.
Aunque podemos usar una llave abierta para manipular la tuerca del ajuste de frenos, yo prefiero usar una llave de anillo, estrella o cerrada. 
Porque abraza toda la cabeza de la tuerca y es más difícil que la marque o estropee.
En este caso, tenemos esta llave que por una parte es abierta y por la otra cerrada, con la medida de 10mm.
Una llave inglesa también es posible usarla… pero como tiende a desajustarse y esta tuerca tendremos que ajustarla bastantes veces a lo largo de la vida de la bici, es mejor usar una llave fija de la medida correcta para evitar dañar la tuerca.
También usaré una llave allen más profesional que la que suelo llevar con las herramientas de la bici. 

Es mejor porque tiene el brazo más largo, con lo que hace más fuerza para contrarrestar la de la otra llave y además nos permite orientar mejor la zapata mientras apretamos la tuerca.
Para el ajuste de los frenos, debemos examinar, como decía, el penduleo de la llanta para lograr que las zapatas queden lo más próximas a ésta sin llegar a rozarla. Hay que hacerlo por ambos lados.
Es importante ir haciendo pruebas porque al apretar el freno en los sitios donde las zapatas quedan más alejadas, éstas pueden bajar demasiado y apretar demasiado al filo de la llanta o incluso sobresalir por debajo de ésta. 

Es simplemente cuestión de ir haciendo pruebas y no dar el apriete definitivo hasta estar seguros de que está bien.
El objetivo es lograr que las zapatas estén perfectamente alineadas con la llanta, que no roce con ésta al girar la rueda, y que al apretar el freno, la zapata de cada lado no sobresalga por fuera de la llanta.
Debería presionar ésta lo más perpendicular que sea posible respecto a la llanta y así el desgaste será uniforme y durará mucho más.
Finalmente, las dos zapatas han de tocar a la vez la llanta, o hacer el mismo recorrido (para eso podemos buscar un punto de la llanta en el que las dos zapatas queden a la misma distancia de la misma). Y apretamos el freno. Si se acerca antes una que la otra, todavía podemos actuar sobre el tornillo tensor.
En el otro post que vimos sobre los frenos V brake, tenía tornillo tensor en ambos lados, uno en cada brazo del freno. Ahora sólo lo vemos en uno. Suficiente.
Si alguno no sabe cuál es, mirad la tercera foto del post: es el tornillo pequeño que sobresale por debajo de la pinza del freno. Se manipula con un destornillador de punta de estrella.
Apretamos el tornillo para que ese brazo quede más cerca de la llanta o aflojamos para que se separe, en cuyo caso, la zapata del brazo opuesto se acercará a la llanta. 

Tras cada ajuste, presionaremos varias veces la maneta del freno para que los brazos del freno ocupen su posición normal, sin tensiones.
También es importante que podamos abrir fácilmente los frenos:
Tanto en el otro sistema que vimos como en éste, vemos que se puede sacar el cable de un lado para que el freno se quede abierto. 
Esto es con vistas a desmontar las ruedas.
Si dejamos los frenos demasiado ajustados, puede que tengamos que estar trasteando la regulación de las zapatas en la calle, caso que tengamos un pinchazo y tengamos que desmontar la rueda en plena calle. 

Por eso es importante comprobarlo ahora, que estamos tranquilamente en nuestro taller de bricolaje o en casa.
Si vemos que no podemos extraer el cable para abrir las pinzas, deberíamos separar ligeramente las zapatas hasta lograr que podamos extraer el cable para liberar las pinzas.
Todavía tenemos que realizar otro ajuste en el freno: hay que variar de posición el vástago del muelle… 

Pero nos hemos encontrado una pieza del freno rota y es lo primero que tenemos que reparar… Eso ya es tema de otro post.

Arreglar frenos V-Brake. Ajustar frenos de bici V brake. Montar frenos de bici. Reparar frenos



AJUSTE Y REPARACIÓN DE FRENOS V-BRAKE
Amig@s: otro interesante post. Ya os expliqué en otra ocasión cómo se ajustaban los frenos de disco mecánicos de las bicis. 
Os puse como ejemplo mi propia bici. 

Pero tengo otra bici, tipo plegable, que tiene frenos V-brake, que son mucho más populares por su economía y sencillez.


La cosa es que desde que compré la bici, notaba que no iban bien los frenos: a mí me gusta que empiecen a actuar en cuanto se empiezan a apretar las manetas…. Pero es que ni dándole más juego o menos juego… siempre había algún leve roce de las zapatas contra la llanta.

Traté de aflojar y apretar de todos los modos posibles los dos tornillos que tiene para ajustar los frenos… pero era inútil.

Así que por fin me he decidido, aprovechando la reparación de un pinchazo, -que veremos en otro post, por cierto- para desmontar los dichosos frenos, ver cómo funcionan y así ver cómo ajustarlos… ¡Y es que estaban mal montados! Como esto es algo que os puede ocurrir también a vosotros, he decidido publicar cuanto antes el post. 

He de decir que este post lo he realizado íntegramente con las herramientas que suelo llevar siempre en la bici. Pretendo demostrar que estas herramientas, pese a su ligereza y tamaño compacto, son perfectamente válidas para sacarnos de cualquier situación… pero, naturalmente, debemos practicar con ellas y saber usarlas.

En realidad el problema no es que estén mal montados en sí, sino que al aflojar los tornillos de regulación más de la cuenta, la pieza que actúa sobre el muelle se descoloca y el tornillo no hace absolutamente nada. 
En cualquier caso, cuando adquirí la bici, ya venían así.
Basta soltar el cable del freno de los mismos y ver que estos están totalmente sueltos, cuando en realidad deberían permanecer separados con cierta tensión para, justamente, separar las zapatas de la llanta cuando no se usen.

Así que empezamos por eso mismo: liberar los frenos del cable.
El lado derecho, visto desde la posición de estar subidos en la bici, se saca fácilmente apretando los frenos y extrayendo el cable por una ranura que tiene la pieza. 

Es un sistema ingenioso que permite soltar rápidamente los frenos en caso de pinchazo, por ejemplo y después volver a montarlos en un instante.
Para el otro lado, deberíamos soltar completamente el cable aflojando el tornillo. Como vemos en la foto, he vuelto a atornillar el tornillo con la tuerca que pinza el cable para evitar perderlos en un descuido.

A veces las tareas de bricolaje pueden parecer muy sencillas y sin embargo, por complicaciones del mismo proceso o porque nos surja algo que nos impida seguir de momento con el trabajo, tenemos que dejarlo de lado y después al hacer el montaje final, nos podemos encontrar que hemos perdido tornillos.... Esto se soluciona así: volviendo a ponerlos tras soltar las piezas que fijan.


Pues bien, ya liberados los dos lados del freno, que a partir de ahora llamaré brazos, tenemos que proceder a soltarlos de la horquilla de la bici.
Hay que hacerlo con cuidado porque las piezas pueden soltarse, caer al suelo y perderse. 
O bien que se desmonte antes de habernos fijado en su posición y tengamos algún problema para volver a montarlas.

Vemos que la pieza consta de una especie de arandela con una muesca. Justamente sobre esta muesca es donde actúa el tornillo de regulación. Tiene también un orificio que es donde se engancha un pivote que tiene el muelle tensor, que va encima.

Y cubriendo el muelle tensor y la arandela, y haciendo que estén debidamente centrados, hay una pieza circular de plástico (de color negro en la foto), una especie de arandela o tapón con un orificio por el que ha de salir el otro extremo del muelle.
Al montar el brazo en la horquilla, vemos que hay tres posiciones para introducir este extremo del muelle que sobresale. 
Podemos verlo incluso con el freno montado, si nos fijamos.

Según se necesite una tensión inicial mayor o menor, escogeremos un orificio u otro. 

En principio, podemos montar los dos brazos del freno Con el pivote o extremo del muelle insertado en el agujero central. 
Pero antes hemos de asegurarnos que el tornillo de regulación está presionando sobre la arandela, o mejor dicho, sobre la muesca que ésta tiene (de lo contrario, lo dejaríamos igual que al principio).
Una cosa más: al desmontar el brazo derecho del freno, he visto que la arandela de regulación estaba ligeramente deformada. 

No giraba en su alojamiento y el tornillo de ajuste pasa por encima de la ranura de ajuste de la arandela, al estar el borde algo hundido. 
De modo que aunque hiciésemos lo mismo que con la otra, el tornillo no llega a actuar sobre ella, pasa por encima.
Así que con unos toques de martillo sobre el tornillo de mesa, la enderezo ligeramente y ya está perfecta y lista para su montaje.

En esta foto vemos cómo estaba montaldo el brazo: vemos claramente que el tornillo de regulación no incide en la muesca de la arandela de regulación para poder girarla al apretar o aflojar el tornillo.


Aquí, si está correctamente colocada la arandela: queda libre y en cuanto se monte, el muelle hará que el tornillo se apoye en el borde de la ranura.


Ya todo colocado y bien posicionado, podemos atornillar la pieza a la horquilla. 

Ahora vemos claramente que el muelle actúa, pues apretamos la pinza contra la rueda y vemos que hace algo de fuerza para separarse, cosa que antes no hacía en absoluto y era por lo que se producía el roce.

Y comprobamos que podemos actuar sobre los tornillos de regulación, con la precaución de que no se salga el tornillo de la muesca al aflojarlo demasiado.
Queda el montaje: Apretamos provisionalmente las zapatas –aunque no lo he dicho antes, es necesario aflojar los tornillos que las sujetan para poder girarlas y así facilitar el montaje y desmontaje de los dos brazos del freno. 

Ahora las colocamos aproximadamente en su posición y las fijamos ligeramente con los tornillos… todavía queda el ajuste definitivo.

Seguidamente, montamos el cable del freno, con lo que ya sí que podemos ver mejor si hemos colocado correctamente las zapatas. 
Han de presionar la llanta justo por el centro y estar bien alineadas con la llanta. No han de estar más salidas o metidas por un extremo u otro.

Comprobado esto, podemos proceder a apretarlas, teniendo en cuenta que al realizar el apriete final, suelen girarse ligeramente en el sentido del apriete, y debemos compensarlo. 
Es muy sencillo y con un par de pruebas, os quedará perfecto.

Y finalmente, queda el ajuste del cable. Si lo habéis puesto en la misma posición que estaba inicialmente, lo más seguro es que quede perfecto y sólo haya que actuar sobre el tensor del cable para lograr que las pinzas se separen lo suficiente.
Si vemos que una de las dos zapatas tiende a quedarse rozando la llanta al soltar el freno, damos un poco de tensión a ese lado apretando el tornillo de regulación y aflojamos el del lado contrario… 
En un momento tendremos los frenos perfectos y jamás volverán a rozar en la llanta cuando no los apretemos.

Vemos que en poco tiempo hemos dejado los frenos, no como el primer día, sino óptimos. 

Ahora es muy sencillo regular la compensación de los dos brazos y estos actúan simultáneamente. Y tras realizar su función, vuelven a la posición de reposo sin producir ningún roce indeseado.

No ha sido preciso llevar la bici a ningún taller y lo que es más importante, hemos aprendido algo más sobre el funcionamiento de la bici, con lo que también podremos repararla en caso de avería cuando nos pille en pleno paseo.


Os animo a que examinéis vuestra bici. Sin miedo. Con curiosidad. y aprendáis para qué sirve cada cosa.

Muchas partes no podréis desmontarlas, porque requieren llaves especializadas difíciles de encontrar (los fabricantes han pensado en todo para mantener con trabajo a los servicios técnicos). 
Pero sí que podremos realizar ajustes básicos y necesarios en partes vitales de la bici. Como os mostré cuando ajustamos el desviador delantero y trasero, la dirección, la horquilla, etc.