Amigos: Una cosa importante que debemos hacer regularmente en nuestra moto es engrasar los rodamientos de la dirección.
En mi caso, tras restaurar varias motos, por fin decidí hacerlo en mi primera moto, que llevaba años sin este mantenimiento.
Para mi sorpresa, cuando fui a conducirla, me encontré la moto inestable.
Mi primera impresión es que tenía floja la dirección, ya que parecía irse de un lado a otro. Pero, ya con más detenimiento, observé que si soltaba el manillar, la moto se giraba sola para el lado izquierdo. El problema es que la rueda no está alineada con el manillar y tenemos que ir compensando continuamente con éste el giro anormal de la rueda. Esto hace la conducción cansada e insegura.
A veces, esto también ocurre tras una caída. Incluso una caída leve.
Pero todo tiene solución:
La base del problema es que la tija tiene dos partes: la superior y la inferior. Y ambas tienen movimiento –giro- entre ellas y abrazan los dos tubos de la horquilla. Basta que aflojéis la tija superior y la inferior y podréis ver claramente que la rueda tiene mucho juego respecto al manillar.
Pues bien, dejad aflojadas la tija superior
y la inferior. En ambos lados.
También podéis aflojar el eje de la rueda y el guardabarros, ya que éste va fijado a ambas botellas.
Repito, aflojad los tornillos. No hace falta quitarlos.
En mi caso, también he aflojado ligeramente el tornillo de la dirección y la tuerca de ajuste (la almenada) ya que la había apretado ligeramente de más, como comenté al principio. Sería un buen momento, si no lo habéis hecho, para desmontar y engrasar la zona.
Si queréis evitar que las barras se muevan entrando de más o saliéndose de la tija, podéis dejar un ligerísimo apriete en la tija superior. Lo justo para que tenga juego, pero impidiendo que se deslicen las barras.
Lo realmente difícil es saber cuándo la rueda está alineada con el manillar. El guardabarros no tiene por qué estar derecho y nos impide ver la rueda desde arriba. Y si nos ponemos de frente, vemos la rueda, pero no sabemos si el manillar está perpendicular a ella.
Los expertos pueden hacerlo incluso a ojo, mirando de lado las dos barras de la horquilla y comprobando que están perfectamente paralelas. También puede ocurrir que una de las barras esté ligeramente torcida, en cuyo caso, podríamos sujetarla con un alicate de pico de loro y girarla hasta lograr que queden paralelas.
El problema es que es complicado distinguir a simple vista este paralelismo. Por lo que os voy a contar un truco.
Haceros con dos varillas largas, os pueden valer de un metro de largo, incluso menos. Da igual que sean de madera, aluminio, hierro… Pero que estén bien rectas. Y si no son de sección redonda, mejor.
Colocamos la moto en el caballete central y una barra la apoyamos en el guardapolvo de las dos botellas, colocándola lo más centrada que podamos. Al estar las botellas y la horquilla en general inclinada, la varilla se quedará ahí, bien pegada a las barras y en su parte más inferior. Si en vuestro caso la varilla se apoya en el guardabarros en vez de en las botellas, podéis calzar con dos taquitos iguales, dos tuercas, etc. de modo que esta varilla quede apoyada únicamente en los extremos superiores de las botellas. Otra opción es fijarlas a las barras con dos gomas, por ejemplo y procurar dejar la barra bien horizontal.
La otra varilla tenemos que ponerla lo más arriba que podamos en las mismas barras, según os lo permita el faro, los cables…
Es importante que esté bien horizontal para darnos un registro bueno. También podéis fijarlas con cinta, pinzas, gomillas… Así sólo tenéis que preocuparos de ir moviendo la rueda mientras sujetáis el manillar e ir verificando si las dos varillas van quedando paralelas.
Para mover la rueda, podéis sujetarla entre las piernas, mientras giramos el manillar. Tras cada movimiento, comprobamos las varillas.
Cuando lo logréis. Basta ir apretando todos los tornillos: eje de la rueda, tija superior, tija inferior –siempre respetando los pares de apriete-, guardabarros…
Os dais una vuelta en la moto y debería ir bien. Si notáis que se va un poco para un lado, igual tenéis que compensar un poco más. El proceso se hace en un rato –a fin de cuentas sólo hay que aflojar nueve o diez tornillos, alinear y apretarlos de nuevo- y lograréis que la moto vaya perfecta, haciendo la conducción más cómoda y segura.
A veces, la moto se nota inestable por los rodamientos de las ruedas gastados o estropeados o por los rodamientos de la dirección. En mi caso, la moto iba bien justo hasta que engrasé los rodamientos de la dirección, por lo que directamente me fui a alinear la dirección. Pero si tenéis dudas, no está de más verificar estos otros elementos.
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